Cuando empecé a escribir para este disco creÃa que el camino serÃa más largo, que vendrÃa primero la inestabilidad de las últimas sombras del limbo y después el paulatino cambio de luz y después el horizonte iluminado y después envuelta en la sonoridad de un mundo diferente. Pero el movimiento fue leve. Pasaron los meses y la penumbra todavÃa estaba en mi espalda.
En algún momento tuve que detenerme, girar, levantar un poco la mirada y describir desde esa perspectiva.
Estaba en el umbral de las luces, atrás los murmullos oscuros que forjaron mi música anterior y ante mis ojos, cauteloso, el resplandor del porvenir.
Estaba detenida en el entremundo.