Nos separamos un dÃa
por un enojo cualquiera,
y hoy se muere el alma mÃa
porque en vez de la alegrÃa
el dolor me desespera.
Es necesario que vuelvas,
que vuelvas con tu querer,
si de pensar lo que hiciste
mi amor está muy triste,
no sabe lo que hacer.
¡Tesoro mÃo...!
¡Cuánto sufro por tu ausencia!
¡Te extraño mucho!
¿Para qué voy a mentirte?
¡Tesoro mÃo...!
Comprendé un poquito:
Le hace falta a mis oÃdos
tu dulce voz.
Volvé a mi lado
que necesito mirarme
en esos ojos
que te ha regalado Dios.
Ya no sé ni lo que digo.
Mi voluntad se ha deshecho,
me alejé del buen amigo,
ando solo, sin abrigo
y no se que hay en mi pecho.
¿Para qué te di mi nombre
y fui detrás de tu amor?
Para que nadie se asombre
de ver penando un hombre
que al cielo te llevó.